Capítulo 6. Florecer

“No deis vuestro nombre a la ligera”. Así empieza este sexto capítulo del anime.

Por fin los agentes de policía que quedan dispuestos a continuar la investigación de los crímenes de Kira se encuentran con L.

Curiosa la mesa que hay junto a los agentes al llegar a la habitación de L, con forma de tablero de ajedrez. Una partida entre L y Kira a la que se suman nuevos peones.


“Sé cuál es su caracter porque yo también soy así. Nos parecemos mucho” es otra de las frases que L suelta a los policías. L y Kira se parecen. De hecho, como sabemos, son dos caras de la misma moneda.

El nuevo plan de L consiste en manipular la información de los medios para que Kira crea que la comunidad internacional ha enviado miles de agentes a Japón para atraparle.

Sin embargo, sólo hay 7 peronajes persiguiendo a Kira.

De nuevo un número: el 7, tal vez el más emblemático de la mitología cristiana. De hecho, el siete se menciona 737 veces en la Biblia. Es el número más común en las Sagradas Escrituras.

Pero volvamos al siete: Cierto día, Pedro vino a Jesús y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?». Para Pedro, perdonar hasta siete veces ya era alcanzar el máximo de su espiritualidad. Él quedó sin duda impresionado por el mandamiento del Señor en el monte: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto» (Mt. 5:48). Probablemente, en la mente de Pedro perdonar siete veces significaba alcanzar la perfección. Dios lo sorprendió con la respuesta: «No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete» (Mt. 18:22). Es la perfección sobre la perfección.

«Siete» es el número de la perfección, generalmente con un énfasis espiritual. En Hebreos, la palabra «siete» es «chevah». Viene de la raíz «Sabah», lleno o satisfecho, tener suficiente. Por lo tanto, el significado de la palabra «siete» es denominado por esta raíz, pues, en el séptimo día, Dios descansó del trabajo de la Creación. Estaba pleno y completo, bueno y perfecto. Nada podía agregarse o quitarse de él sin perjudicarlo. Siete veces Dios hizo el comentario sobre sus obras: «Es bueno». Él estaba satisfecho y entonces descansó. El siete, por lo tanto, sella con perfección y cabalidad aquello en relación a lo cual es usado.

El primer patrón de una vida completa después de la caída del hombre fue dado en Génesis 5:24: «Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó con Dios». Enoc era el séptimo desde Adán y el primer hombre que no experimentó la muerte.

El segundo hombre después de Adán que caminó con Dios fue Noé (Gn. 6:9). Noé llevó los animales limpios para el arca de siete en siete (Gn. 7:2). Siete días después que Noé entrara en el arca, vino el diluvio (Gn. 7:9-10). El arca descansó el séptimo mes sobre las montañas del monte Ararat (Gn. 8:4).

El esclavo hebreo debería servir durante seis años, que era el límite legal (Ex. 21:2). El amor hizo que Jacob deseara servir a su tío Labán durante siete años por Raquel. Solamente el amor puede ir más allá del límite legal y puede abarcar la extensión total de tiempo para servir. (Gn. 29:20).

Después de la Pascua, el pueblo de Israel debería comer panes sin levadura durante siete días. Deberían quitar la levadura de sus casas. No deberían tocar levadura «desde el primer día hasta el séptimo» (Ex. 12:15). La levadura significa corrupción y real separación de Dios. Después de haber sido salvados, nosotros debemos vivir apartados de la levadura nuestros «siete días», que representan nuestra vida entera.

El candelero de oro del Tabernáculo tenía seis brazos que salían de un soporte central, sumando un total de siete, dando énfasis y en armonía con el hecho de que la luz era la luz del pueblo de Dios en el mundo, pero que su fuente era divina. En correspondencia con los siete brazos fueron hechas también siete lámparas. (Ex. 25-32, 37).

Antes que Aarón y sus hijos dieran inicio a su servicio sacerdotal, ellos fueron consagrados durante siete días (Lv. 8:31-36). El hijo de Aarón que tomara su lugar como sacerdote debería colocarse las vestiduras sagradas de Aarón por siete días. (Ex. 29:2, 30).

Cuando Israel tomó la ciudad de Jericó, Dios les ordenó que marchasen alrededor de la ciudad siete veces. Entonces, en el séptimo día, cuando ya habían marchado siete veces alrededor de ella, completaron su marcha de fe. Esta marcha fue completada con los siete sacerdotes llevando las siete bocinas de cuero de carnero delante del arca (Jos. 6:1-12).

A Salomón le tomó siete años construir el templo de Dios (1 R. 6:38). Salomón y todo el pueblo dedicaron la casa de Dios. «Entonces hizo Salomón fiesta siete días…» (2 Cr. 7:8) y «habían hecho la dedicación del altar en siete días» (2 Cr. 7:9).

Dos milagros de Eliseo fueron sellados con el número 7: el niño que él resucitó de la muerte estornudó siete veces antes de abrir los ojos (2 R. 4:35). Naamán, jefe del ejército del rey de Siria «se zambulló siete veces en el Jordán» antes de ser sanado de la lepra (2 R. 5:14).

Proverbios: «La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas» (9:1). No son solamente las siete columnas que son configuradas en la Roca eterna, en ella se encuentran también siete ojos, según Zacarías 3:9. «Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra» (Zac. 4:10) Los siete ojos en la piedra que está en Sion hablan de la inteligencia de Dios.

Tener siete hijos tipifica una bendición en toda su medida, aunque, como nos recuerda Jeremías, el costo sea el más alto de todos para la madre: «Languideció la que dio a luz siete; se llenó de dolor su alma, su sol se puso siendo aún de día…» (Jer. 15:9).


En Daniel 9 leemos que están determinadas setenta semanas sobre el pueblo y la ciudad de Dios. El enfoque de este programa determinado está en el fin de (70-1) x 7 cuando «se quitará la vida al Mesías» (Dn. 9:26). En relación al pueblo y al testimonio de Dios, Cristo y él, crucificado, debe estar al frente.

Hay siete «hombres de Dios», así llamados en el Antiguo Testamento: Moisés (Dt. 12:22), David (2 Cr. 8:14), Samuel (1 Sam. 9:6), Semaías (1 R. 12:22), Eliseo (2 R. 4:7), Elías, Igdalías (Jer. 35:4). Y uno en el Nuevo Testamento, Timoteo, completando ocho.

Hay siete cosas débiles en Jueces, utilizadas por Dios como instrumentos de liberación, que marcan y sellan la perfección espiritual de Su obra.

Siete peticiones constan en la Oración; tres referentes al cielo, con la palabra «tu»; cuatro referentes a la tierra con la palabra «nuestro» (nuestros, as). En Mateo 13, hay siete parábolas del Reino.

Siete fueron las palabras de Jesús en la Cruz – Oro del Gólgota. Gólgota es el foco de la revelación, de la historia y de la experiencia. Dios hizo allí lo mejor y el hombre lo peor. Todo en el Calvario es significativo, pero de manera especial las siete palabras de Cristo.

Siete son los dones en Romanos 12:6-8; siete las unidades en Efesios 4:4-6; siete las características de la sabiduría, Santiago 3:17; siete las «mejores» cosas en hebreos: Pacto (7:22), Promesas (8:6), Bienes (10:34), Esperanza (7:19), Sacrificios (9:23), Patria (11:14) y Ciudad (11:16); siete gracias en 2 Pedro 1:5-7, siete pasos en la humillación de Jesús y siete en su exaltación en Filipenses 2.

Siete hombres de buena reputación fueron escogidos para administrar la benevolencia de la iglesia en Hechos 6:1-7.

El Libro de la Vida se menciona siete veces en la Biblia.

El libro de Apocalipsis es un libro de sietes. El «7» es usado 54 veces en este libro. Tenemos 7 iglesias, 7 candeleros, 7 estrellas, 7 espíritus de Dios, 7 sellos, 7 ojos, 7 ángeles, 7 trompetas, 7 truenos, 7 cabezas, 7 últimas plagas, 7 bandejas de oro, 7 montañas, 7 reyes, etc.

El mundo de L, como representante de la divinidad cristiana, estará por tanto continuamente asociado al 7... aunque como veremos más adelante L tendrá otras dos personalidades, igual que el Dios cristiano, que es uno y trino (una Trinidad formada por Padre, Hijo, y Espíritu Santo).

Otro número que aparece en este episodio es el 23... curiosamente, un número asociado a Kira en la serie, y un número asociado a lo pagano e incluso al Diablo. Esta cifra se ha relacionado con extraños cultos religiosos y con la práctica de ceremonias satánicas.

Y, por último, ¿cuántos agentes del FBI –asociados con el “bien”- acuden a Japón “llamados” por L para estar “de su lado” investigando a la Policía y a Kira?

Doce.

Muy obvio, ¿no?

En la segunda parte del capítulo la novia de Ray Penber se involucra en la investigación de Kira de forma autónoma, y está dispuesta a revelar a la policía sus conclusiones, que pueden ser fatales para Kira.

Así, Light trata de interceptarla antes de que haga públicas sus deducciones.

La mujer cae en la trampa de Light y las luces rojas se encienden.

Ella revela su nombre: Shoko Maki, “la hija del árbol iluminado”. Aunque pronto sabremos que ése no es su verdadero nombre. Por ello, Kira no puede matarla inmediatamente...

Y la última frase por hoy dicha por Kira: "No sólo tengo a un shirigami de mi parte, sino también a otro tipo de divinidad".

Capítulo 5. Estrategia

La trama se complica en este episodio donde todo lo anteriormente expuesto se sigue desarrollando con precisión e ingenio.

Parémonos ahora en las imágenes del opening de la serie. Cada imagen está estudiada para resumir perfectamente tanto la trama como la ideología. El inicio es la sucesión de: Light abre los ojos, Light reposa sobre una vidriera de iglesia... y esta imagen:

La reconversión de la famosa imagen de Miguel Ángel al nuevo código empleado por los autores es significativa y no deja lugar a dudas: estamos ante una reinterpretación de los mitos religiosos.
Se trata de dos dioses enfrentados:

Y la iconografía cristiana no deja de ser frecuente, con un claro abuso de la cruz:


Y de la manzana:
Un dios en las alturas, que mira al hombre desde arriba, por encima de todos. Bueno, así es como todas las religiones interpretan a sus dioses, ¿no?

Más simbología religiosa: La Pietá.

Después tenemos a los diablos, los demonios. Asociados a lo material y a la riqueza igualmente por casi todas las religiones, éstos aparecen ensortijados y cargados de piedras preciosas:
Casi al final nos encontramos a Light en un puente. Retengamos esto aunque aún es pronto para hablar del sginificado del puente, pero su importancia será capital, sobre todo cuando lleguemos al último episodio de la serie. Recordemos que otro personaje de otro anime importante, Lain, también acababa en el último capítulo sobre un puente. Este símbolo, tan interesante para los japoneses también cobra en Death Note una importancia capital.

Sobre esta imagen no me enrollaré mucho más:

Y por último, la manzana transformada en el cuaderno, de lo que ya hemos hablado anteriormente.

En este capítulo aparece un nuevo personaje que cobrará importancia en la trama: la ex agente del FBI cuyo nombre no será desvelado (aún) quien desde el inicio ya demuestra poseer también una gran mente deductiva.

Pero, como veremos, una cosa es aspirar a entrar en el Olimpo y otra muy distinta ser un dios.

Ella, desde luego, no lo es.

El machismo, inherente a todas las religiones, es también habitual en el proceder de los autores con este personaje.

La parejita de agente y ex agente del FBI se perfila con un futuro prometedor... pero están condenados a ser separados, como ya nos muestra este certero plano:


Por supuesto, la fatalidad en la pareja vendrá de la mano del dios Kira.

Interesante es tamnbién comparar los entornos de L y Light. Si L representa al dios cristiano, éste es el dios de la mesura, del desprendimiento material. L, por tanto, apenas tiene posesiones. Apenas lo justo para seguir con el caso. Por no tener, no tiene ni una mesa donde poner el ordenador.

El resto del capítulo es una muestra más del genial telento de Kira para el asesinato, desarrollando un plan maestro para acabar con Ray, el agente del FBI, junto al resto de agentes. Como consuecuencia, el FBI retira a todos sus efectivos de Japón.

Hasta las horas de los acontecimientos tienen su valor epistolar.


Veamos, 4:41, la hora de la muerte de Ray. Ray, en esa hora y momento justos se vuelve a Light, con temor, preguntándose ¿quién es este hombre con este poder?

Veamos la Biblia. Marcos 4:41. “Y temieron con gran temor, y decían: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?”

Por cierto, he hecho alusión muchas veces al carácter religioso de la música. Bueno, esto es así a medias. La música sólo tiene ecos religiosos cuando se asocia a Kira, el resto del tiempo es una música pop bastante más anodina. De hecho, hay dos compositores diferentes en la serie, uno para la música pop y otro para la música litúrgica.

“La verdadera batalla empieza ahora”, dice Light al final de este episodio.

Y tanto.