Capítulo 6. Florecer

“No deis vuestro nombre a la ligera”. Así empieza este sexto capítulo del anime.

Por fin los agentes de policía que quedan dispuestos a continuar la investigación de los crímenes de Kira se encuentran con L.

Curiosa la mesa que hay junto a los agentes al llegar a la habitación de L, con forma de tablero de ajedrez. Una partida entre L y Kira a la que se suman nuevos peones.


“Sé cuál es su caracter porque yo también soy así. Nos parecemos mucho” es otra de las frases que L suelta a los policías. L y Kira se parecen. De hecho, como sabemos, son dos caras de la misma moneda.

El nuevo plan de L consiste en manipular la información de los medios para que Kira crea que la comunidad internacional ha enviado miles de agentes a Japón para atraparle.

Sin embargo, sólo hay 7 peronajes persiguiendo a Kira.

De nuevo un número: el 7, tal vez el más emblemático de la mitología cristiana. De hecho, el siete se menciona 737 veces en la Biblia. Es el número más común en las Sagradas Escrituras.

Pero volvamos al siete: Cierto día, Pedro vino a Jesús y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?». Para Pedro, perdonar hasta siete veces ya era alcanzar el máximo de su espiritualidad. Él quedó sin duda impresionado por el mandamiento del Señor en el monte: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto» (Mt. 5:48). Probablemente, en la mente de Pedro perdonar siete veces significaba alcanzar la perfección. Dios lo sorprendió con la respuesta: «No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete» (Mt. 18:22). Es la perfección sobre la perfección.

«Siete» es el número de la perfección, generalmente con un énfasis espiritual. En Hebreos, la palabra «siete» es «chevah». Viene de la raíz «Sabah», lleno o satisfecho, tener suficiente. Por lo tanto, el significado de la palabra «siete» es denominado por esta raíz, pues, en el séptimo día, Dios descansó del trabajo de la Creación. Estaba pleno y completo, bueno y perfecto. Nada podía agregarse o quitarse de él sin perjudicarlo. Siete veces Dios hizo el comentario sobre sus obras: «Es bueno». Él estaba satisfecho y entonces descansó. El siete, por lo tanto, sella con perfección y cabalidad aquello en relación a lo cual es usado.

El primer patrón de una vida completa después de la caída del hombre fue dado en Génesis 5:24: «Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó con Dios». Enoc era el séptimo desde Adán y el primer hombre que no experimentó la muerte.

El segundo hombre después de Adán que caminó con Dios fue Noé (Gn. 6:9). Noé llevó los animales limpios para el arca de siete en siete (Gn. 7:2). Siete días después que Noé entrara en el arca, vino el diluvio (Gn. 7:9-10). El arca descansó el séptimo mes sobre las montañas del monte Ararat (Gn. 8:4).

El esclavo hebreo debería servir durante seis años, que era el límite legal (Ex. 21:2). El amor hizo que Jacob deseara servir a su tío Labán durante siete años por Raquel. Solamente el amor puede ir más allá del límite legal y puede abarcar la extensión total de tiempo para servir. (Gn. 29:20).

Después de la Pascua, el pueblo de Israel debería comer panes sin levadura durante siete días. Deberían quitar la levadura de sus casas. No deberían tocar levadura «desde el primer día hasta el séptimo» (Ex. 12:15). La levadura significa corrupción y real separación de Dios. Después de haber sido salvados, nosotros debemos vivir apartados de la levadura nuestros «siete días», que representan nuestra vida entera.

El candelero de oro del Tabernáculo tenía seis brazos que salían de un soporte central, sumando un total de siete, dando énfasis y en armonía con el hecho de que la luz era la luz del pueblo de Dios en el mundo, pero que su fuente era divina. En correspondencia con los siete brazos fueron hechas también siete lámparas. (Ex. 25-32, 37).

Antes que Aarón y sus hijos dieran inicio a su servicio sacerdotal, ellos fueron consagrados durante siete días (Lv. 8:31-36). El hijo de Aarón que tomara su lugar como sacerdote debería colocarse las vestiduras sagradas de Aarón por siete días. (Ex. 29:2, 30).

Cuando Israel tomó la ciudad de Jericó, Dios les ordenó que marchasen alrededor de la ciudad siete veces. Entonces, en el séptimo día, cuando ya habían marchado siete veces alrededor de ella, completaron su marcha de fe. Esta marcha fue completada con los siete sacerdotes llevando las siete bocinas de cuero de carnero delante del arca (Jos. 6:1-12).

A Salomón le tomó siete años construir el templo de Dios (1 R. 6:38). Salomón y todo el pueblo dedicaron la casa de Dios. «Entonces hizo Salomón fiesta siete días…» (2 Cr. 7:8) y «habían hecho la dedicación del altar en siete días» (2 Cr. 7:9).

Dos milagros de Eliseo fueron sellados con el número 7: el niño que él resucitó de la muerte estornudó siete veces antes de abrir los ojos (2 R. 4:35). Naamán, jefe del ejército del rey de Siria «se zambulló siete veces en el Jordán» antes de ser sanado de la lepra (2 R. 5:14).

Proverbios: «La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas» (9:1). No son solamente las siete columnas que son configuradas en la Roca eterna, en ella se encuentran también siete ojos, según Zacarías 3:9. «Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra» (Zac. 4:10) Los siete ojos en la piedra que está en Sion hablan de la inteligencia de Dios.

Tener siete hijos tipifica una bendición en toda su medida, aunque, como nos recuerda Jeremías, el costo sea el más alto de todos para la madre: «Languideció la que dio a luz siete; se llenó de dolor su alma, su sol se puso siendo aún de día…» (Jer. 15:9).


En Daniel 9 leemos que están determinadas setenta semanas sobre el pueblo y la ciudad de Dios. El enfoque de este programa determinado está en el fin de (70-1) x 7 cuando «se quitará la vida al Mesías» (Dn. 9:26). En relación al pueblo y al testimonio de Dios, Cristo y él, crucificado, debe estar al frente.

Hay siete «hombres de Dios», así llamados en el Antiguo Testamento: Moisés (Dt. 12:22), David (2 Cr. 8:14), Samuel (1 Sam. 9:6), Semaías (1 R. 12:22), Eliseo (2 R. 4:7), Elías, Igdalías (Jer. 35:4). Y uno en el Nuevo Testamento, Timoteo, completando ocho.

Hay siete cosas débiles en Jueces, utilizadas por Dios como instrumentos de liberación, que marcan y sellan la perfección espiritual de Su obra.

Siete peticiones constan en la Oración; tres referentes al cielo, con la palabra «tu»; cuatro referentes a la tierra con la palabra «nuestro» (nuestros, as). En Mateo 13, hay siete parábolas del Reino.

Siete fueron las palabras de Jesús en la Cruz – Oro del Gólgota. Gólgota es el foco de la revelación, de la historia y de la experiencia. Dios hizo allí lo mejor y el hombre lo peor. Todo en el Calvario es significativo, pero de manera especial las siete palabras de Cristo.

Siete son los dones en Romanos 12:6-8; siete las unidades en Efesios 4:4-6; siete las características de la sabiduría, Santiago 3:17; siete las «mejores» cosas en hebreos: Pacto (7:22), Promesas (8:6), Bienes (10:34), Esperanza (7:19), Sacrificios (9:23), Patria (11:14) y Ciudad (11:16); siete gracias en 2 Pedro 1:5-7, siete pasos en la humillación de Jesús y siete en su exaltación en Filipenses 2.

Siete hombres de buena reputación fueron escogidos para administrar la benevolencia de la iglesia en Hechos 6:1-7.

El Libro de la Vida se menciona siete veces en la Biblia.

El libro de Apocalipsis es un libro de sietes. El «7» es usado 54 veces en este libro. Tenemos 7 iglesias, 7 candeleros, 7 estrellas, 7 espíritus de Dios, 7 sellos, 7 ojos, 7 ángeles, 7 trompetas, 7 truenos, 7 cabezas, 7 últimas plagas, 7 bandejas de oro, 7 montañas, 7 reyes, etc.

El mundo de L, como representante de la divinidad cristiana, estará por tanto continuamente asociado al 7... aunque como veremos más adelante L tendrá otras dos personalidades, igual que el Dios cristiano, que es uno y trino (una Trinidad formada por Padre, Hijo, y Espíritu Santo).

Otro número que aparece en este episodio es el 23... curiosamente, un número asociado a Kira en la serie, y un número asociado a lo pagano e incluso al Diablo. Esta cifra se ha relacionado con extraños cultos religiosos y con la práctica de ceremonias satánicas.

Y, por último, ¿cuántos agentes del FBI –asociados con el “bien”- acuden a Japón “llamados” por L para estar “de su lado” investigando a la Policía y a Kira?

Doce.

Muy obvio, ¿no?

En la segunda parte del capítulo la novia de Ray Penber se involucra en la investigación de Kira de forma autónoma, y está dispuesta a revelar a la policía sus conclusiones, que pueden ser fatales para Kira.

Así, Light trata de interceptarla antes de que haga públicas sus deducciones.

La mujer cae en la trampa de Light y las luces rojas se encienden.

Ella revela su nombre: Shoko Maki, “la hija del árbol iluminado”. Aunque pronto sabremos que ése no es su verdadero nombre. Por ello, Kira no puede matarla inmediatamente...

Y la última frase por hoy dicha por Kira: "No sólo tengo a un shirigami de mi parte, sino también a otro tipo de divinidad".

Capítulo 5. Estrategia

La trama se complica en este episodio donde todo lo anteriormente expuesto se sigue desarrollando con precisión e ingenio.

Parémonos ahora en las imágenes del opening de la serie. Cada imagen está estudiada para resumir perfectamente tanto la trama como la ideología. El inicio es la sucesión de: Light abre los ojos, Light reposa sobre una vidriera de iglesia... y esta imagen:

La reconversión de la famosa imagen de Miguel Ángel al nuevo código empleado por los autores es significativa y no deja lugar a dudas: estamos ante una reinterpretación de los mitos religiosos.
Se trata de dos dioses enfrentados:

Y la iconografía cristiana no deja de ser frecuente, con un claro abuso de la cruz:


Y de la manzana:
Un dios en las alturas, que mira al hombre desde arriba, por encima de todos. Bueno, así es como todas las religiones interpretan a sus dioses, ¿no?

Más simbología religiosa: La Pietá.

Después tenemos a los diablos, los demonios. Asociados a lo material y a la riqueza igualmente por casi todas las religiones, éstos aparecen ensortijados y cargados de piedras preciosas:
Casi al final nos encontramos a Light en un puente. Retengamos esto aunque aún es pronto para hablar del sginificado del puente, pero su importancia será capital, sobre todo cuando lleguemos al último episodio de la serie. Recordemos que otro personaje de otro anime importante, Lain, también acababa en el último capítulo sobre un puente. Este símbolo, tan interesante para los japoneses también cobra en Death Note una importancia capital.

Sobre esta imagen no me enrollaré mucho más:

Y por último, la manzana transformada en el cuaderno, de lo que ya hemos hablado anteriormente.

En este capítulo aparece un nuevo personaje que cobrará importancia en la trama: la ex agente del FBI cuyo nombre no será desvelado (aún) quien desde el inicio ya demuestra poseer también una gran mente deductiva.

Pero, como veremos, una cosa es aspirar a entrar en el Olimpo y otra muy distinta ser un dios.

Ella, desde luego, no lo es.

El machismo, inherente a todas las religiones, es también habitual en el proceder de los autores con este personaje.

La parejita de agente y ex agente del FBI se perfila con un futuro prometedor... pero están condenados a ser separados, como ya nos muestra este certero plano:


Por supuesto, la fatalidad en la pareja vendrá de la mano del dios Kira.

Interesante es tamnbién comparar los entornos de L y Light. Si L representa al dios cristiano, éste es el dios de la mesura, del desprendimiento material. L, por tanto, apenas tiene posesiones. Apenas lo justo para seguir con el caso. Por no tener, no tiene ni una mesa donde poner el ordenador.

El resto del capítulo es una muestra más del genial telento de Kira para el asesinato, desarrollando un plan maestro para acabar con Ray, el agente del FBI, junto al resto de agentes. Como consuecuencia, el FBI retira a todos sus efectivos de Japón.

Hasta las horas de los acontecimientos tienen su valor epistolar.


Veamos, 4:41, la hora de la muerte de Ray. Ray, en esa hora y momento justos se vuelve a Light, con temor, preguntándose ¿quién es este hombre con este poder?

Veamos la Biblia. Marcos 4:41. “Y temieron con gran temor, y decían: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?”

Por cierto, he hecho alusión muchas veces al carácter religioso de la música. Bueno, esto es así a medias. La música sólo tiene ecos religiosos cuando se asocia a Kira, el resto del tiempo es una música pop bastante más anodina. De hecho, hay dos compositores diferentes en la serie, uno para la música pop y otro para la música litúrgica.

“La verdadera batalla empieza ahora”, dice Light al final de este episodio.

Y tanto.

Capítulo 4. Persecución

Si revisamos el manga, nos encontramos muy al principio del capítulo esta viñeta en la que L se revela en una posición muy explícita de budismo. Y es que el budismo se encuentra a caballo entre uno y otro, al profesar la compasión se aleja del dios pagano de Nietzsche pero en el resto de elementos se acerca bastante a éste.

El Budismo, por tanto, es la otra gran influencia filosófica en “Death Note”, como bien revela esta viñeta. También el budismo fue una gran influencia en el pensamiento nietzschetiano. Sobre todo a través de Schoppenhauer.

Y es que Schoppenhauer es el principal precursor del vitalismo nietzscheano, al reinterpretar la epistemología kantiana, haciendo del fenómeno mera ilusión, tras la que se oculta la voluntad infinita y ciega, la fuerza, tendencia o impulso universal, que se objetiva, mediante el espacio y el tiempo, en una pluralidad de cosas, que no son otra cosa que la representación fenoménica, es decir, pura apariencia, de esa tendencia o voluntad universal; el ser humano es la individualización consciente de esa fuerza ciega; la voluntad humana es deseo siempre insatisfecho; por esto debe liberarse a través de la disolución del yo individual en la voluntad universal que promueve la moral. Esto último es de clara inspiración budista.

Aunque la cosa no acaba ahí. Recordemos que Nietzsche encuentra influencias que van más allá de las religiones. Si pensamos que el autor alemán se inspiró mucho en los presocráticos, tomando algunas ideas de estos autores (especialmente Heráclito) como el eterno devenir, pensemos en la lucha de los contrarios en la dialéctica, tan presente en “Death Note”, y que en este capítulo empezará a volverse encarnizada. Una dialéctica que el propio Light expondrá a Ryuk: “Las personas somos unos seres vivos estúpidos, con anverso y reverso”.

Más cosas. En la página siguiente dice Light: “¿Acaso confiarías tú en alguien cuyo nombre y rostro desconoces?”. El caso del nombre es algo fundamental en la mentalidad oriental. Otro manga reciente, “Monster”, también hacía del hecho del nombre un leit motiv recurrente.

Light necesita el nombre de la víctima para matarlo, pero su nombre auténtico. Algo muy similar a lo que sucedía en “Monster”. Todo en estos mangas gira en torno al nombre, ya no sólo por su significación (Luz, Seis, etc.). Citando a Juan Zapater, “El ser humano, en cuanto ser y sujeto, demanda un nombre, un rasgo de singularidad que afiance su subjetivismo y en el (con el) que quede inscrita su procedencia. La ausencia de nombre no es una cosa de broma. Sin un nombre se le priva al hombre de identidad y sin ella, nada existe. Es el nombre propio el que concreta y singulariza al ser, lo que le pertenece y lo que lo designa”. La reflexión es interesante si tenemos en cuenta que Light tiene varios nombres (Light Yagami, Kira) y L ninguno, sólo una inicial. Pero ya veremos que L es mucho más que esa letra. No sólo tiene nombre, sino que tiene varios, como Light. Pero eso ya lo veremos.

Pero lo más interesante de todo viene aquí. En el libro del Génesis leemos: “Y Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera”.

¿Qué escribe Light en la libreta? Nombres.

Sí. Como en la Biblia...

Capítulo 3. Negociaciones

Ya la portada del episodio 3 del manga dice mucho. Light empuñando una guadaña, custodiado por Ryuk.

Aún no hemos hablado de un elemento del relato que también resulta interesante señalar. Sayu, la hermana de Light. Es la primera mujer que aparece en un relato donde las mujeres están muy relegadas a un segundo plano. Apenas aparecen y, cuando lo hacen, suelen ser bastante inútiles y/o pasivas.

En este caso, esta primera aparición, por supuesto, fue “pidiendo ayuda” a su hermano Light. Light, como encarnación del aspirante a Súper Hombre nietzschetiano, concibe a las mujeres como un instrumento o un ser inferior, aunque a veces pueda ser un estorbo o un obstáculo en sus objetivos. Para Nietzsche la mujer era una esclava o una tirana, siempre incapaz de generar amistad.

Por tanto, es normal que en el mundo de Light la mujer esté relegada a estos paupérrimos roles. En el entorno contrario la mujer tendrá un papel algo más activo, pero eso ya lo veremos.

De nuevo en este episodio se reitera en el mismo lenguaje religioso tanto sonoro (esa música religiosa coral) como visual (ese poste eléctrico que se intercala entre los sacrificios de Light y que tiene forma de extraña cruz).

En el minuto 4 de este capítulo, de nuevo se siembra la duda. ¿Kira es un criminal o un salvador? Matsuda, uno de los agentes de la policía que investiga el caso, lo pone sobre el tapete: “En los últimos días se ha observado en todo el mundo y especialmente en Japón, una disminución de radical de crímenes graves que van más allá de simples hurtos”.

De boca de su hermana: “Eres un genio Light”.

En este capítulo hay otras revelaciones a nivel de trama, como que Light es el hijo del inspector que dirige el caso de Kira o las deducciones constantes de L.

Por supuesto, para recibir a su padre, éste no sube, sino que el hijo “baja” al “mundo humano” para saludarlo y darle la bienvenida a casa.

Sólo aquel que Dios elige puede entrar en su reino.

Amén.

Capítulo 2. Duelo

Voy a empezar con una obviedad. Pero es que voy a intentar poner por escrito todos los elementos visibles en esta obra. Hay un dicho popular “La pluma es más fuerte que la espada”, atribuido a Edward Bulwer-Lytton. Pocas veces esta frase ha tenido tanto poder como en este manga. Una traslación literal de esta frase a imagen la vimos ya en el primer capítulo del anime:




En el capítulo 2 entra en juego el que será el gran rival de Light. ¿Cuál es el rival del Dios de Nietzsche, del Súper Hombre de la nueva era? Por un lado, claro está, el Dios Cristiano. Pero no el único, como veremos.

En el segundo episodio aparece el otro personaje esencial de la trama: L. Será el archienemigo de Light el resto de la historia, su perseguidor implacable.

L es un personaje del que el mundo poco o nada sabe. Permanece en la sombra, nadie sabe quién es en realidad. En este episodio se presenta como un enigma dentro de un acertijo. Nadie sabe si es hombre o mujer, joven o viejo. Nadie conoce su nombre, su ubicación, ni siquiera el rostro. L es un seudónimo, claro está. Sólo se sabe que es el mejor detective del planeta. Y a él acuden para que esclarezca quién está matando a tantos criminales a lo largo y ancho del mundo.

Ahora un inciso: “Death Note” es una creación de Tsugumi Ohba, su guionista. Pues bien. De este autor poco o nada se sabe. No se le conocen otros mangas que haya escrito antes que “Death Note”. Ni siquiera se sabe si ése es su verdadero nombre o un pseudónimo. Nadie le ha visto jamás el rostro. Sólo se sabe que escribe sus guiones sentado en cuclillas en una silla.

Exactamente igual que L.

Por tanto, podemos decir sin temor a equivocarnos, que L es el alter ego de su anónimo autor, Tsugumi Ohba.

Por cierto, hay hasta quien sospecha que Ohba es, en realidad, una mujer. Pero ya digo que nadie sabe nada con certeza de esta persona.

Volvamos al relato.

En este episodio la primera frase de Light (de nuevo con la luz del sol incidiendo en su rostro) es: “De pronto le inundó una sensación de satisfacción y felicidad, al ver que su sueño por fin se había hecho realidad”.

Tras la presentación del misterioso L, por fin se hace alusión al “alias” que Light Yagami usará como “limpiador del mundo”: Kira (la traslación fonética japonesa de la palabra inglesa killer –asesino).

Y por primera vez veremos cómo gran parte del mundo empieza a creer en este asesino de masas (aunque sean masas criminales) como “El Dios del nuevo mundo” o incluso, ya más explícitamente, “El Mesías”. Un dios llamado Kira (asesino) hace que uno piense inmediatamente, de nuevo, en el planteamiento ideológico de Nietzsche.

El Súper Hombre ha llegado, ha bajado de la montaña. Y las hordas están dispuestas a adorarle. “Así son los seres humanos”, dice Light a Ryuk.

Pero lo que Light no sabe es que está a punto de conocer a su gran rival: L. El primer enfrentamiento está a la altura de las circunstancias y L consigue que Light caiga en su primera trampa, estableciendo que Kira está en Japón y en una zona muy concreta. Además, deduce la forma en que Kira puede matar. Todo ello con un elaborado e ingeniosísimo plan.

Por otro lado, que L sea la primera letra del nombre Kira (Light) tampoco será casual. Light y L son dos caras de la misma moneda. Ambos son dioses. Opuestos. Pero dioses al fin y al cabo, y por tanto –como se verá en detalle- con más cosas en común de las que ni ellos mismos pueden pensar.

La última imagen de este capítulo pone esto de manifiesto. Light y L, casi en idénticas posiciones, dirán exactamente el mismo diálogo: “Te juro que te encontraré y acabaré contigo, porque la justicia está en mi mano”. Justo la base ideológica de todas las luchas religiosas en el mundo. Los dos dioses ya se conocen, se han encontrado, van a enfrentarse y hemos presenciado el primer asalto.

Y el diablo, Ryuk, es testigo de todo ello: “Permíteme que haga de espectador de este duelo”, dice el shinigami en la última frase del capítulo en el manga.

El mundo, aún en el siglo XXI, sigue siendo campo de batalla entre religiones. Y el Diablo, sonriente, observa sin necesidad de mover un dedo.

Capítulo 1. Renacimiento

Esta historia se inicia en el mundo de los Shinigami. Curiosamente, en una obra sobre el choque entre dos divinidades contrapuestas, el único ser sobrenatural que aparece en la historia son estos seres.

El Shinigami, dios japonés de la muerte, es una versión oriental de las Valkirias occidentales. Y las Valkirias fueron inspiración de Wagner, recordemos. Según la mitología su función es velar y decidir quien muere y cómo, a veces hasta alimentándose de las almas humanas. En el Budismo hay una figura análoga a los Shinigami, por cierto, que es Emma.

¿Qué simbolizan estos seres? Ya lo veremos.

El caso es que resulta curioso el título del primer capítulo: Renacimiento.

Pero antes de nada, una aclaración. El manga original tenía un título distinto: Aburrimiento. Ryuk se aburre. Light se aburre. La primera página muestra el aburrimiento de los dos personajes.

En filosofía, sobre el aburrimiento han escrito Søren Kierkegaard, Arthur Schopenhauer, Friedrich Nietzsche y Neil Postman. En concreto, Kierkegaard tenía la teoría de que el aburrimiento fue lo que pobló al mundo: Dios se aburría y, por eso, creó a Adán; como Dios y Adán se aburrían, vino Eva, etc.

Filósofos y moralistas han insistido sobre este temple de ánimo, vinculándolo a un sentimiento que tiene como correlato, lo cósmico. Pascal decía que sin la diversión caeríamos fácilmente en el aburrimiento. La diversión nos deleita y nos facilita la vida, haciéndonos llegar inadvertidamente a la muerte.

Schopenhauer observaba que apenas la miseria y el dolor conceden al hombre una tregua, el aburrimiento se acerca en seguida.

Kierkegaard aproxima el aburrimiento a la melancolía. Y lo considera como una de las consecuencias del ejercicio de la vida estética. Uno de los tres primeros niveles o formas en que se puede vivir la existencia humana.

En efecto, Dios creó el mundo porque se aburría. Y Light Yagami creará su mundo ideal, su mundo perfecto (el mundo del Súper Hombre), fruto del aburrimiento.

Este mundo que creará se contrapone al mundo actual porque, como su primera frase del relato (el manga) dice: “Este mundo está podrido”.

En la página 11, del cielo cae una libreta. Y Light, aburrido, la recoge. El símil bíblico es claro.

Pero vayamos ahora al anime. Si vemos la cabecera, la última imagen es la de una manzana, que se transforma en el cuaderno. En toda la cabecera sólo una persona muerde la manzana: Light, el mismo que coge la libreta. Por tanto, si la manzana y el libro son análogos o equivalentes, ¿qué son la libreta y la manzana? Exactamente lo mismo. ¿Y qué simboliza la manzana en la simbología religiosa? Claramente, el pecado.

Los símiles religiosos se repiten por doquier. La banda sonora tiene un continuo estilo eclesiástico ascético. La cruz es un símbolo constante (la portada del primer manga ya la contiene, y en la cabecera hay varias, incluyendo la que circunscribe el título de la serie).
Las primeras palabras que pronuncia Light Yagami en el anime son distintas a las del manga: “Sigue las enseñanzas de Dios. Y entonces el mar te bendecirá con generosidad, y no habrá tormentas”. Pero, ¿de qué Dios?

Tras esto, es cuando escuchando las noticias sobre brutales crímenes uno se pregunta cómo puede estar este mundo tan podrido... si hay un Dios que se supone debe cuidarlo. Pues ese Dios está obsoleto, el mundo se le ha escapado de las manos. Y va siendo hora de que otro Dios, más preparado, lo sustituya.

Siempre que estas reflexiones tengan lugar en la mente de Light (luz en inglés), la luz del sol estará siempre iluminando su rostro. Aunque él será un Dios de la noche, de la oscuridad, la luz del conocimiento lo alumbra. Igual que cuando descubre la libreta, la luz del sol ilumina su rostro. La recoge, la deja en el suelo y se marcha... pero cuando la luz del sol vuelve a incidir en él, Light se detiene y regresa a por el objeto.

Igual que la manzana cayó del árbol, la libreta cae del cielo. Y Light la “muerde”. La usa como medio, usa el pecado (el asesinato) como medio para un fin mayor: erradicar el dolor.

Nietzsche considera el budismo una religión mucho más realista que el cristianismo en cuanto no lucha contra el pecado, sino contra el dolor. El pecado no es un mal, a veces, de hecho, es un medio.

Light no es sólo un asesino, un pecador. Mientras duda sobre si usar o no la libreta que le ha “caído del cielo” se nos presenta como el mejor estudiante de todo Japón (y tal vez del mundo). Él es, a fin de cuentas, un súper hombre. Es el que está capacitado (seguimos con Nietzsche) para sentarse en el trono de ese viejo Dios moribundo y crear un nuevo mundo ideal... sin dolor.

También se revelan detalles simbólicos de gran calado en este primer capítulo. En el minuto 8 se nos muestra que la habitación de Light está en la planta de arriba. De hecho, es la única habitación de la casa que, aparentemente, se encuentra en este sitio elevado (e iluminada por la luz del sol, ojo). Cuando alguien, bien sea su madre o su hermana, se quieren comunicar con él, lo hacen desde abajo, al pie de la escalera, hablando “hacia arriba”. Ésa es la forma de comunicarse con los dioses. El espacio personal de Light, su templo, se encuentra elevado, como corresponde a un Dios, cerrado a los humanos de pie, a los que sólo él permite la entrada (o no) a “su santuario”. De hecho, pide a su madre que jamás entre a su cuarto, él mismo se lo limpia.

La divinización de Light es constante tanto a nivel literal como subliminal.

Y en el minuto 13 (qué cosas) tenemos el primer encuentro entre este nuevo Súper Hombre y quien ha puesto a su alcance el cuaderno: el Shinigami Ryuk. Éste confiesa que “tú eres el primero que siega tantas vidas en sólo cinco días. La gente normal se asusta y no llega a tanto”. De nuevo, Light Yagami no es normal.

¿Y qué decir del nombre de este “elegido”? Light. Luz. En efecto, en la obra de Nietzsche son innumerables las veces que se refieren a este Súper Hombre como la luz, el rayo, “el mediodía”. Sin embargo, Yagami, su apellido, significa, literalmente “dios de la noche” en japonés. Ya veremos el por qué de esta aparente contradicción.

Sea como fuere, Light Yagami no es un hombre normal. Es un Dios.

¿Y Ryuk? Vamos a dejar claro ya este punto. Ryuk come manzanas. Ryuk tentó con la libreta (el pecado) a Light. Ryuk significa “seis”. ¿Qué simboliza Ryuk? Obviamente, al diablo. (Si aún te preguntas a qué viene lo del seis... ¿cuál es el número de la Bestia?).

Hay centenares de evidencias de esto en el relato, pero bueno, sólo daré una más para no extenderme. En la última página del primer volumen del manga (no en el anime) Ryuk pide un regalo de Navidad a Light y éste responde: “¿No es muy raro que un shinigami celebre el nacimiento de Jesucristo?”.

De ahí que no podemos asumir a Light el papel del diablo ni de Satán, sería reducir mucho a este personaje que va mucho más allá.

Sabiendo esto, es curioso el papel de Ryuk en todo esto. De mero observador, viendo cómo los dioses se matan entre ellos.

¿O es que nunca han pensado que en el mundo hay mucho, muchísimos dioses? Y un sólo demonio... Los hombres se matan por sus distintas concepciones sobre lo que es Dios. Pero todos coinciden en su visión del demonio.

Sí, el Demonio debe disfrutar de lo lindo viendo a los dioses matarse entre sí mientras él sólo tiene que... comer manzanas.

Ryuk advierte a Light de varias cosas sobre el cuaderno de muerte fundamentales en el relato: “existen ciertos temores y angustias que sólo los humanos que lo han usado pueden experimentar”. Y, quizás una de las más importantes: “el humano que haya usado el cuaderno no puede ir al cielo ni al infierno”. En el último capítulo entenderemos este enigma.

Dice Light: “Esa libreta ejerce una especie de atracción diabólica que te induce a probarla, al menos una vez”. De nuevo, las manzanas, la tentación... el pecado.

Por cierto, el primer asesinato que comete Light lo saca de la televisión. Y el canal es el canal de noticias número 6. ¿Casualidad? Ya van dos seises.

En su periplo destructivo Light hará otra reflexión muy propia de Nietszche: “Bien pensado, ahora mismo todos me empiezan a parecer basura cuya muerte podría contribuir al bien común”. El Súper Hombre empieza a tener conciencia de su deidad. Empieza a sentirse superior.

Minuto 19. Todo está nublado, y mientras los rayos del sol atraviesan las nubes e inciden directamente (de nuevo) sobre el rostro de Light, éste toma plena conciencia: “Sólo yo puedo hacerlo”.

Pero es en la página 47 del manga donde se hace la revelación definitiva: “Estoy dando a conocer mi existencia al mundo. Estoy indicando que ahora hay alguien que imparte justicia”. Light quiere ser conocido, quiere que lo adoren, que lo sigan. Como todo profeta, necesita discípulos. Y ya veremos que más adelante los encontrará. Como el inicio del “Así habló Zaratustra”, se están dando los primeros pasos hacia una nueva era, pero queda mucho por andar aún.

Como Zaratustra nos enseña: "quien tiene que ser un creador en el bien y en el mal, en verdad, ése tiene que ser un aniquilador y quebrantar valores...".

Y en la página 49 del manga y en el minuto final del anime, Light dice, tras haber matado ya a más de cien personas: “Seré el Dios del nuevo mundo”. ¿Más claro?

Death Note. Capítulo 1: Renacimiento


“Death Note” es la historia de un enfrentamiento entre dos dioses. El Dios pagano, pregonado especialmente por el filósofo alemán Nietzsche (con influencias del budismo, los presocráticos y Schoppenhauer, como ya veremos); y el Dios cristiano, simbolizado por la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Al final de la historia veremos cuál es el Dios vencedor de este duelo.

Además del dios Nietzschetiano, podríamos aludir al dios pagano de Death Note como el propio Satán, y una lectura desde este punto de vista no sería del todo desacertada, aunque incompleta. Y en estas páginas lo explico.

Ambos dioses son radicalmente distintos. El Dios cristiano es un Dios de la compasión (igual que el Budista), cosa que Nietzsche detestaba. Es en este punto donde Zaratustra (el alter ego de Nietzsche en su obra “Así hablaba Zaratustra”) y Buda discrepan: Para Buda, es la parte fundamental de su doctrina; para Zaratustra, un abismo que exige un gran salto, el peor de los pecados contra el hombre mismo.

Nietzsche, harto del culto a este falso Dios crea toda una filosofía en torno a un nuevo Dios (el Dios del nuevo mundo). Su obra “Así hablaba Zaratustra” empezaba transmitiendo que “Dios ha muerto (quizás la frase más famosa dle filósofo) y el hombre deberá sustituirle. Sí, será el hombre el nuevo Dios. Pero no un hombre cualquiera, sino el ‘Súper Hombre’, un hombre evolucionado, más perfecto y superior. Cuando este hombre superior tome su trono, los demás hombres (infrahombres) sobrarán, deberán ser purgados (eliminados). Más o menos, a grandes rasgos, éste es un resumen de la filosofía del Súper Hombre propuesta por Friedrich Nietzsche.

Pero vayamos por partes...